LOCURAS
COMPARTIDAS
ESPEJISMO
Cada
vez que se miraba en el espejo le venían a la mente un sin fin de imágenes
vividas durante los años anteriores. Desde su infancia hasta la actualidad.
Aunque
había cambiado, cuando se contemplaba, sabía retroceder en los años, y podía
verse a ella misma en muchos momentos pasados, porque ya entonces tenía la
costumbre de contemplar su imagen. Quería ver cuál era su aspecto según el
estado de ánimo que tenía.
Recodaba
con nitidez, su aspecto después de haber llorado durante horas, porque su
muñeco, ese montón de trapo con una cabeza como de porcelana, su primo la
rompió.
Recordó
que recogió los fragmentos y su madre lo recompuso como pudo. Pero ya nunca fue
igual para ella. Una de las cosas que no se pudieron recomponer, fueron los
ojos, que al tumbar al muñeco se
cerraban, y se abrían al ponerlo derecho.
Sí,
ciertamente era un llanto infantil, que formaba parte de su vida pasada. Aquel
día se puso ente el espejo, porque quería saber qué cara le mostraba el espejo ante su disgusto.
Le
llamó la atención comprobar cómo le cambiaba el rostro. Recordaba que dejó de llorar, pero el espejo le devolvía un
aspecto triste.
Luego
con el paso del tiempo esta acción se convirtió en algo muy usual.
Le
gustaba analizarse ante el espejo del baño.
Eso le
dio pie para poder mirarse, cada vez que
algo la preocupaba.
Acudió
en muchas ocasiones. Se quedaba quieta y allí delante se miraba buscando en
aquellos ojos, lo que de verdad escondían.
Comprobó
que allí, estaban sus verdaderos sentimientos, esos que nadie sabía ver porque
ella los ocultaba.
Allí
aprendió a conocerse a sí misma. Y aunque no le gustara el descubrimiento tuvo
que aceptarlo.
Ella
no era esa persona que todos creían conocer, esa docilidad que mostraba no era
verdadera, al contrario dentro le bullían unas intenciones raras. Algo que a
nadie había contado. Sólo el espejo conocía esos debates entre la razón y las
ganas de cometer locuras.
La
mirada que le devolvía el espejo siempre era la misma. Una persona de
apariencia dócil,
Se
miraba buscando el lado verdadero, el lado más oscuro, pero la imagen, no se la
sabía devolver, porque durante años, los ocultó a quienes la rodeaban. Nadie
excepto ella lo sabían. Tuvo que buscar en la lectura, los verdaderos, sus
verdaderas ansias. Una vez leídos unos cuantos reportajes sobre la personalidad
de cada uno, supo que ella era de las personas que sabían esconder la verdad.
El
espejo esta vez podría decirse que era un reflejo de la personalidad, pero en
este caso, no correspondía a la realidad.
Tenía
engañados a cuantos la rodeaban.
Muchas
veces, se pasaba un tiempo buscando en la figura que la miraba fijamente, y
trataba de encontrar su verdadero yo. Pero éste parecía no estar presente, ya
que la figura que le devolvía, ella sabía que no era la real, pero por otra
parte se sentía aliviada, de que fuera de esta manera. Le gustaba la idea, de
que nadie supiera cómo era en realidad.
Solamente
el espejo sabía de sus rebeldías completamente escondidas, negadas a los que la
conocían.
Un día
se acordó del personaje Dorian Grey. Y pensó que tenían similitudes. En este
caso el retrato quedaba plasmado en el espejo, pero nadie más lo podía
adivinar. Sólo ella sabía de los entresijos que escondía aquella imagen que le
era devuelta, y que para todos los demás eran como dos gotas de agua. Y no era cierto. En realidad si eran dos
gotas, una estaba llena de resentimientos, mientras que la que estaba
inanimada, era en verdad la que carecía de esos sentimientos malignos. Pero eso
nadie lo sabría nunca.
FIN
Febrero
2017
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