sábado, 19 de agosto de 2017

LOCURAS COMPARTIDAS


LOCURAS COMPARTIDAS

ESPEJISMO

 

Cada vez que se miraba en el espejo le venían a la mente un sin fin de imágenes vividas durante los años anteriores. Desde su infancia hasta la actualidad.

Aunque había cambiado, cuando se contemplaba, sabía retroceder en los años, y podía verse a ella misma en muchos momentos pasados, porque ya entonces tenía la costumbre de contemplar su imagen. Quería ver cuál era su aspecto según el estado de ánimo que tenía.

Recodaba con nitidez, su aspecto después de haber llorado durante horas, porque su muñeco, ese montón de trapo con una cabeza como de porcelana, su primo la rompió.

Recordó que recogió los fragmentos y su madre lo recompuso como pudo. Pero ya nunca fue igual para ella. Una de las cosas que no se pudieron recomponer, fueron los ojos, que al tumbar al muñeco se  cerraban, y se abrían al ponerlo derecho.

Sí, ciertamente era un llanto infantil, que formaba parte de su vida pasada. Aquel día se puso ente el espejo, porque quería saber qué cara le  mostraba el espejo ante su disgusto.

Le llamó la atención comprobar cómo le cambiaba el rostro. Recordaba que  dejó de llorar, pero el espejo le devolvía un aspecto  triste.

Luego con el paso del tiempo esta acción se convirtió en algo muy usual.

Le gustaba analizarse ante el espejo del baño.

Eso le dio pie para poder mirarse, cada vez  que algo la preocupaba.

Acudió en muchas ocasiones. Se quedaba quieta y allí delante se miraba buscando en aquellos ojos, lo que de verdad escondían.

Comprobó que allí, estaban sus verdaderos sentimientos, esos que nadie sabía ver porque ella los ocultaba.

Allí aprendió a conocerse a sí misma. Y aunque no le gustara el descubrimiento tuvo que aceptarlo.

Ella no era esa persona que todos creían conocer, esa docilidad que mostraba no era verdadera, al contrario dentro le bullían unas intenciones raras. Algo que a nadie había contado. Sólo el espejo conocía esos debates entre la razón y las ganas de cometer locuras.

La mirada que le devolvía el espejo siempre era la misma. Una persona de apariencia dócil,

Se miraba buscando el lado verdadero, el lado más oscuro, pero la imagen, no se la sabía devolver, porque durante años, los ocultó a quienes la rodeaban. Nadie excepto ella lo sabían. Tuvo que buscar en la lectura, los verdaderos, sus verdaderas ansias. Una vez leídos unos cuantos reportajes sobre la personalidad de cada uno, supo que ella era de las personas que sabían esconder la verdad.

El espejo esta vez podría decirse que era un reflejo de la personalidad, pero en este caso, no correspondía a la realidad.

Tenía engañados  a cuantos la rodeaban.

Muchas veces, se pasaba un tiempo buscando en la figura que la miraba fijamente, y trataba de encontrar su verdadero yo. Pero éste parecía no estar presente, ya que la figura que le devolvía, ella sabía que no era la real, pero por otra parte se sentía aliviada, de que fuera de esta manera. Le gustaba la idea, de que nadie supiera cómo era en realidad.

Solamente el espejo sabía de sus rebeldías completamente escondidas, negadas a los que la conocían.

Un día se acordó del personaje Dorian Grey. Y pensó que tenían similitudes. En este caso el retrato quedaba plasmado en el espejo, pero nadie más lo podía adivinar. Sólo ella sabía de los entresijos que escondía aquella imagen que le era devuelta, y que para todos los demás eran como dos gotas de agua.  Y no era cierto. En realidad si eran dos gotas, una estaba llena de resentimientos, mientras que la que estaba inanimada, era en verdad la que carecía de esos sentimientos malignos. Pero eso nadie lo sabría nunca.

 

FIN

Febrero 2017

 

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