EL
SILENCIO
Cuando
se han vivido muchos años en la misma casa, compartiendo el espacio, y sobe
todo el ambiente dinámico que conlleva una familia numerosa, con diferentes
preferencias musicales, cuando a través de una puerta cerrada, se oye
determinada música, y dos puertas más lejos otra melodía suena al unísono,
donde se entremezclan las voces, las risas o los llantos, cuando estas cosas
suceden a diario, encontrar un momento de silencio es casi un milagro.
Y ese
milagro es el que cuando ocurre te hace pensar en mucha cosas.
Es
difícil concentrarse en la cosa más insignificante, porque tus oídos están colapsados por diversos ruidos a
diferentes decibelios.
Bienvenido
ese silencio, fruto de la ausencia momentánea de los inquilinos de la casa.
Cuando sale el último por la puerta llevándose consigo el suspiro de la última
canción de moda, es cuando se puede valorar por completo, esa quietud, ese
reposo. El silencio de repente se convierte en nuestro aliado para conseguir
una paz y una serenidad muy necesaria.
Conseguido
este estado anímico, nos parece que la vida tiene otro sentido.
Obtener
esos momentos nos hace meditar sobre esas cosas que normalmente no tenemos
posibilidad de hacer debido a la incesante
cantinela de murmullos que parecen nacer tras las puertas cerradas de mi
hogar.
El
silencio se me antoja algo denso, algo que incluso puedo acariciar con mis
manos, mientras dejo en blanco mi mente.
Solo estamos el silencio y yo.
Me
recreo en este momento.
Creo
que mis oídos van a estallar, por la solidez muda que me envuelve.
Lo
disfruto a sabiendas que no durará demasiado. He de aprovechar este momento
único.
El
silencio y yo a solas.
Septiembre
2017
El silencio es algo que yo también disfruto, ese momento conmigo mismo es indescriptible, puedo analizar mejor ciertas situaciones o simplemente puedo no pensar, quedarme en blanco y relajarme.
ResponderEliminarDebo confesar que a pesar de amar esa quietud, cuando me encuentro a solas demasiado tiempo extraño las voces de mis hijas, sus risas, sus discusiones, el volumen alto de la televisión del programa que mi esposo está mirando.
El silencio es bueno pero en exceso abruma.
Besitos Tere.
Siempre te recuerdo y gracias por compartir tus escritos conmigo.
Ahhh Mariela qué ilusión verte por aquí y que me hayas dejado un comentario. Muchas veces mis escritos se pierden y no se pueden leer. Me lo han comentario varias amigas. Yo también te recuerdo con mucho cariño. Ya ves los años pasan, y no nos olvidamos, eso es buena señal. Un abrazo
ResponderEliminarHola: DE pronto y sin saber ni cómo ni por qué Google me trae escritos tuyos, que antes no trajo. Iré contestando a todos, si tengo la suerte de que comentado este me vuelvan a aparecer, porque Internet es un misterio insondable.
ResponderEliminarMe gusta mucho este post. Yo no tengo ni he tenido nunca tanta familia, ni por tanto casa tan ruidosa, pero sé qué es el silencio. Y menos mal que lo valoro y vivo mi tiempo casi con pasión, pues ahora excepto la cena y las cosas que haga por ahí sola estoy. Leer y escribir y música y saber que cada minuto que transcurre es para mi persona, cuando tanto he carecido de ello, puede llegar a ser un placer. Te felicito por reflejarlo tan bien
Es verdad que ocurren cosas muy raras, cosa que fastidia bastante. Pero bueno me alegra que hayas podido llegar hasta aquí, y esperemos que no se vuelva a torcer la cosa. Gracias por tu comentario, que tengo muy en cuenta. Si te ha gustado quiere decir que no está mal del todo, eres una experta en la escritura. Un abrazo
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