MISION
CUMPLIDA
Dicen
que cuando una cosa se desea con vehemencia, llega a cumplirse, y puedo dar fe
de que es así.
Yo
desde que vi la película supe que quería formar parte de los personajes. En su
día fue un pensamiento de adolescente,
que nunca me abandonó. Los admiraba todos. No me importaba meterme en la piel
de cada uno de ellos.
Queda
demostrado que a veces ocurren esta especie de milagros.
Cómo
si no podía yo estar dentro de ellos,
participar de manera activa de sus diálogos, incluso de sus pensamientos.
Estaba
rodeada de gente bien vestida unas veces. Otras me paseaba por una extensa
plantación, y a mi alrededor todos incluso yo misma trabajaba en las labores
del campo. Acababa de vivir una guerra fratricida, muchos de los amigos no
habían vuelto a sus casas.
Sentía
dentro de mí la gran tristeza de sus pérdidas.
Los
fragores de los cañones retumbaban muy cerca.
Todo,
todo formaba parte de mi persona en distintos momentos.
Era la
heroína del film.
Me
recreaba en todos los decorados. No me parecían falsos, al contrario para mí
formaban parte de mi ser. Vivía todos los momentos que se iban desarrollando
las escenas, y las vivía con la máxima intensidad.
Lloraba
y reía con ellos.
Me
estremecía al son de sus palabras.
Vivía
el dolor de una muerte muy cercana.
Yo me
había convertido en ese personaje múltiple.
Llegó
ese momento en que todo termina.
Oí sus
palabras de desdén. Su adiós definitivo.
Fui
por unos instantes aquella mujer abandonada, que lloraba en las escaleras de su
mansión.
Y
aquí, más que nunca yo formé parte de
aquel personaje.
Abrí
la puerta de la casa mientras le llamaba. No quería que se fuera de mi vida.
Sabía que no iba a soportarlo, por lo que corrí desesperadamente tras él. Mi
voz sonaba fuerte, pero parecía no llegar a su destino. Estaba envuelta en una
niebla espesa que no me permitía ver nada a mi alrededor, nada excepto aquella
figura humana que se alejaba.
Y
sabía que no podía permitir que se distanciara más.
Le
alcancé y en su rostro vi un gran enojo
y una desmesurada tristeza.
Yo
también la sentía muy dentro de mí. Tomé su mano entre las mías, y le supliqué
que se quedara a mi lado. Le dije que juntos podríamos rehacer lo que habíamos
perdido.
Sentí
en mi piel, el contacto de la suya.
Lo vi
en sus ojos había conseguido cambiar aquel final que no me gustaba. Respiré
hondo.
Me
revolví inquieta entre las sábanas. Todo había sido un sueño. Lo había dicho
desde la primera vez que vi la película, aquel final no me gustaba. Yo quería
formar parte de aquellos personajes y lo había conseguido a través de un sueño.
En
aquellos momentos me sentía feliz. Lo había conseguido. Había formado parte
activa en el desarrollo del argumento, y me consideraba recompensada.
De
acuerdo que sólo en sueños, pero pensé “Misión cumplida”
Sólo dejar constancias que las cosas ocurridas en la adolescencia perduran para siempre
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ResponderEliminarProfunda huella de LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ. No deja indiferente a nadie. Nada de esa novela, pelicula para casi todos. Y ella, Scarlet es excepcional.
ResponderEliminarYo, cuando no puedo más digo como ella: «Mañana lo pensaré» y suele funcionar.
Muy buena la forma de recordar lo inolvidable. Besos
Sí Marga, yo también uso esa frase, y pongo a Dios por testigo en muchas ocasiones. Lo fascinante para mí, es soñar -porque eso es cierto- para al despertarme poder revivir lo soñado. Un abrazo muy fuerte. Que pases unas felices fiestas y "que la suerte te acompañe". Como puedes ver el cine es una constante en mí.
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