El
verdadero yo
Espejismo
Trataba
por todos los medios de buscar dentro de sí misma, ese algo que necesita para
ser feliz, y no es tarea fácil.
Ha
querido hallarlo en los libros, y hay momentos en los que parece que lo
consigue, pero en la mayoría de los casos, una vez leído se da cuenta que ha vuelto a perder aquello que en realidad
nunca tuvo. Ha sido como una corriente de aire que se ha filtrado, se ha paseado entre sus pensamientos, pero tal como entró se
fue, y no es eso lo que pretendía. Precisaba algo duradero.
Reflexiona.
Quiere
buscar lo que le falta, lo necesita para la convivencia familiar, y ser
consciente de esto, casi le produce vértigo. Es una lucha sin tregua, y como
todas las adversidades, llega a desgastar.
Por
las mañanas cuando se mira al espejo trata de adivinar cuáles son sus
verdaderos sentimientos. En primer lugar se inspecciona detalladamente tratando
de verse tal cual es, pero esto es muy difícil, porque ya tiene una idea formada, y aunque quiera obviarla,
está allí muy presente. La visión le
influye en contra de su voluntad.
Se mira,
y la imagen que tiene ante sus ojos, le
muestra una persona completamente anodina, casi diría sin personalidad. Busca
en los ojos del espejo ese algo que intuye
está escondido muy dentro de sí misma.
Bajo la
apariencia tranquila que suele mostrar, intenta esconder esa otra que de alguna
manera está dañando su vida cotidiana. Una vez encontrada, enseguida busca la
manera de ocultarla otra vez. Si fuera una persona humana en lugar de un
reflejo en un espejo le taparía la boca, le pondría una mordaza impidiéndole
incluso que mostrara la imagen.
Lo que
ve ante el espejo, no le gusta, porque
parece insatisfecha. Sin saber a quién
culpar.
Comprende
que no puede dar la culpa a nadie más que a ella misma. En su momento cometió
un error, que ahora le pasa factura.
Hay
una lucha casi diría que feroz entre las los figuras, que una frente a la otra,
se analizan. La real, la de carne y hueso mirando fijamente a la del espejo le
dice sin palabras, que no puede echar la
culpa a nadie más que a ella.
Pero
con esta actitud, sólo consigue que su rostro no refleje ningún tipo de
alegría.
La del
otro lado se empeña en hacerle comprender, que no hay para tanto, que todos los
mortales cometen fallos, y no por este motivo desean morirse.
Miden
sus fuerzas.
Es una
lucha muy desigual porque la de carne y hueso sufre en su piel, todas las cosas
que le van en contra.
En
cambio la del espejo, parece que esté mirándola con sorna, como si se burlara,
al fin y al cabo su aspecto se muestra satisfecho, segura de sí misma, tiene el
valor de mirar a la cara a quien haga falta, porque en realidad, no le afecta.
Su cuerpo es sólo una imagen sin vida que se limita a reproducir lo más
superficial. Y en esa superficialidad no tienen cabida las decepciones, ni los
desengaños, y mucho menos los rencores.
El
espejo le está devolviendo una imagen completamente falsa. Y lo peor de todo es
que ella lo sabe. Ese es su gran problema.
No
tiene nada que ver con esa persona que deambula por la vida casi sin ánimos,
maldiciendo en muchas ocasiones, todas las situaciones que participando a la fuerza, le ha tocado
vivir. Maldice todos esos momentos, y
por todo su cuerpo rezuma la amargura, piensa en el perdón, pero le suena a
algo tan vacío, que enseguida descarta este desenlace. El perdón tiene que
salir de dentro del ser, y no es válido pronunciar la palabra, hay que sentir
que realmente se está perdonando la ofensa. Y cuando llega a esta conclusión
comprende, que el espejo no le está devolviendo sus verdaderos sentimientos.
Ha
sabido esconder las cosas que durante mucho tiempo le han hecho mucho daño. Las
podría ir enumerando todas desde su adolescencia, pero las ha sabido esconder
bajo un manto falso de felicidad.
Ahora
una enfrente de la otra, se miran a los ojos, y comprende que nada ha cambiado.
Los
demás seguirán viendo a una persona que vaya donde vaya puede pasar
desapercibida. Nadie nunca llegará a saber de sus verdaderas amarguras porque
aprendió a ocultarlas ante el mundo que la rodea.
Prefiere
pasar como alguien con poca personalidad, todo antes que nadie llegue al
fondo de su verdadero yo.
Eso
sólo queda para ella y la imagen del espejo.
Volverá
a su vida normal, como si no sucediera nada importante, incluso sabiendo que va
en contra de su salud.
Diciembre
2016
No hay comentarios:
Publicar un comentario