ESPEJISMO
DUDAS Y PREGUNTAS SIN RESPUESTAS
Al
entrar en el baño y situarse delante del espejo, sabía que tenía muchas
preguntas que hacerse a sí misma. Todo era debido a la lectura de turno. El
libro estaba en condiciones muy precarias, por haber sido usado en muchas
ocasiones, pero le ocurría como sucede con el buen vino, con el paso de los
años parecía adquiría más solera.
El
tema siempre le había apasionado, de ahí que lo hubiera leído más de una vez.
Se
dice que el semblante es el espejo del alma.
Y con
esta idea se dispuso a mirar fijamente la imagen que tenía ante ella. Pero esta
vez no buscaba sus rasgos físicos, iba mucho más allá, quería reencontrarse con
su alma.
Se
analizó a conciencia durante un buen rato. Nada le indicaba que tras aquella
imagen física existiera nada más. Y en cambio ella sabía que no era cierto.
Comprendía que aquella mirada no tenía el don de transportarla a lo más
recóndito de su mente.
Nada
parecía haber cambiado, y en cambio ella comprendía que todo lo que estaba
leyendo respecto al alma, podía ser muy cierto.
¿Pero
por qué no era visible?
Sólo
la podía intuir cuando se relacionaba con su conciencia, con esa parte nuestra
que tampoco es visible. Se preguntaba si era posible que ambas cosas tuvieran
una conexión.
Llegó
a la conclusión que debía de ser así. Pero no estaba demasiado segura, ya que
la conciencia sólo estaba presente mientras el cuerpo tenía vida. Pero según
todo lo leído, el alma continuaba por otro camino.
No
estaba preparada para llegar a un buen final, se daba cuenta que sus
conocimientos no eran tan profundos como para dilucidar una cuestión tan
profunda.
La
imagen del espejo no denotaba nada en particular.
Aún
quiso hacer una prueba, algo muy pueril, pero necesitaba constatarlo. Apagó la
luz, y la estancia quedó en completa oscuridad. Necesitaba comprobar de una vez
por todas, que existía el aura, que muchos aseguraban acompañaba siempre al
alma.
No
sucedió nada de lo que esperaba.
Decepcionada
volvió a encender la luz. Aquella imagen que tenía ante sí, no demostraba
ningún sentimiento de los ella sentía dentro de si misma. Esto la hizo
retroceder un poco, para mirarse desde más lejos, pensando que quizás si
cambiaba la perspectiva, conseguiría ver un asomo, de aquello que siempre la
había preocupado.
Y
volvió a surgir la pregunta que se hacía siempre. Dónde va a parar esa alma que
dicen es inmortal, cuando el cuerpo ya no es nada. ¿Sería cierto que existían
otras vidas? ¿Ella había estado con anterioridad en otro cuerpo?
El
espejo permaneció inmutable ante tantas preguntas hechas en silencio.
Disgustada
por no saber hallar una respuesta convincente, apagó la luz, y salió al
exterior.
Todo
continuaba igual que antes de entrar. Las dudas seguían siendo las mismas.
A
veces sólo en los sueños nocturnos podía imaginar que todas aquellas preguntas
tenían una respuesta. Pero de momento todo eran divagaciones.
Abril
2018
Todo esto que escribes lo públicas en algún libro. .sería muy interesante que lo hicieras ....es mí opinión
ResponderEliminarA MI me gustan los libros.. Y lo haces muy bien
Gracias Claudio, realmente es un tema muy apasionante, me alegra que te haya gustado. Un saludo cordial.
ResponderEliminarOtra pregunta enigmática que cabe hacerse ante el espejo y también viendo fotos donde sonríes o abiertamente ríes es, fijándote en los ojos:
ResponderEliminar¿Por qué no ríen ellos? Por qué no soy dueña de mi mirada. ¿Cuál es la verdad? La de todos mis gestos decididos o la de los ojos, rebeldes, sin normas. Quizá el alma está en ellos.
Un beso.
Ya ves que el espejo es un arma donde ejercitar nuestras mentes. De paso da alas a nuestra pluma, en este caso teclado. Gracias por tus palabras, como siempre son muy bien recibidas.
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