Nuestro mundo
Se
hallaban reunidos en aquel lugar inmenso e infinito todos aquellos que de
alguna manera se habían sentido ultrajados, desdeñados y por supuesto heridos
de muerte.
Ahora
en aquella congregación se iba a tratar de sanar lo que en muchos años se había
ido deteriorando.
Surgieron
muchas voces que pedían justicia, eran unas voces que apenas se escuchaban,
pero que al estar todas de acuerdo estaban provistas de mucha fuerza. Tenían que atacar a todos los
que de alguna manera les había infringido el daño.
La
respuesta fue unánime. Atacarían a la humanidad. Lo harían de una manera
salvaje. No tendrían piedad.
Alguien
allí presente se atrevió a decir “¿Tanto daño queremos hacer?”
Y
un pesado silencio los envolvió. Pero en el aire flotaba “Todo el mal que la
humanidad nos ha hecho a nosotros”
Y
decidieron atacar.
No
tuvieron compasión, golpearon a todo el Planeta. Era una represalia en toda
regla.
Sin
palabras entre ellos, tal como se habían reunido, se fue diluyendo la congregación.
Los mares, los océanos, los ríos, los bosques, los prados, las llanuras, las
majestuosas rocas y las piedras más insignificantes se unieron, para dar un
escarmiento a la humanidad.
Estaban
seguros que, tras su paso por la Tierra, la actuación de los seres humanos
sería distinta. Habían tenido tiemplo para reflexionar, para concienciarse de
todo el daño que durante décadas habían hecho. Ahora tenían mucho tiempo para
reflexionar.
Es
una fantasía hecha realidad. Teresa Vidal. Marzo 2020.